No era para tanto...
Tuve un amigo milagroso
que dejó de hablarme seis años
cuando ya no fui su novia
Tengo un amigo desquiciado
que no puede soportar que su ex pareja
sea tan elegante
Nunca fui celosa ni pedía
que mi marido rindiese cuentas
o llamara
Jamás dudé de una mirada tibia
de un abrazo nocturno
de una mano sabia
No perdí la cabeza ni las ganas
cuando me dijeron "hasta aquí llegó
nuestro tejido"
No jugué a la renuncia ni a los dones
simplemente
respiré y seguí cambiando
que dejó de hablarme seis años
cuando ya no fui su novia
Tengo un amigo desquiciado
que no puede soportar que su ex pareja
sea tan elegante
Nunca fui celosa ni pedía
que mi marido rindiese cuentas
o llamara
Jamás dudé de una mirada tibia
de un abrazo nocturno
de una mano sabia
No perdí la cabeza ni las ganas
cuando me dijeron "hasta aquí llegó
nuestro tejido"
No jugué a la renuncia ni a los dones
simplemente
respiré y seguí cambiando
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