Fémina Furia

jueves, enero 30, 2014

Nadie te lo dice

Nadie te lo dice.
Que sufrirás un colapso y tu vida dejará de ser tuya.
Que te dolerá cada paso nuevo.
Que te morirás de miedo y de una nueva forma de frío.
Que vivirás un claroscuro camino de sangre,
sin poder decirle a nadie,
sin gritar la verdad,
sin reconocer que hay una mentira sobrevaluada,
sin apoyo y sin compañía.
Nadie te dice que este amor no es ciego pero perdura a pesar de lo que ve,
de lo que mira, de lo que respira,
porque enamorado está para siempre de tu otro, que no eres,
pero que siempre crees ser.
Nadie te advierte tampoco de la forma terrible en que su sonrisa,
su vocecita y sus bracitos al cuello
borran de golpe toda la miseria oculta de criar.


miércoles, marzo 17, 2010

La mujer equivocada

Tantos hombres pensaron que yo era la mujer equivocada:
El que dijo que no parecía mujer con la cabeza rapada
El que declaró que no tendría una novia con un cuerpo como el mío
El que no quería una mujer tan dura, que dijera las cosas de frente
El que reclamó porque no quería plancharle las camisas
El que se enojó conmigo porque no me gustó que me regalara una olla
El que me abandonó porque yo sí conseguí un trabajo
El que pidió que lo siguiera pero no pudo seguirme
El que tuvo miedo de tener hijos conmigo
El que no quería sentirme tan cerca del corazón
El que le hizo un agujero al barco porque yo había izado la bandera

Me acuerdo hoy de todos ellos y veo claramente mi razón…

viernes, julio 28, 2006

domingo, abril 30, 2006

*

La tristeza se desliza por el cuerpo.
Afuera llueve.
No hay una sola
Mano
Ávida de afecto
Que toque las plumas
De las alas.
Contra todos los pronósticos
Esta vez
Tampoco
es suficiente.

lunes, marzo 13, 2006

Amistad

"Los hombres parecen patear la amistad como una pelota de fútbol, pero no se agrieta. Las mujeres la tratan como cristal y se hace pedazos".

Anne Morrow Lindbergh
1906-2001
Poetisa estadounidense.

viernes, febrero 10, 2006

Receta

Si te has arrancado la piel buscando la raíz de un pelo
Y te pierdes en la noche entre vapores ácidos y tintes
Si mecha tras mecha has trasgredido tus membranas
Y tu garganta se oxidó de tantos jugos gástricos
Si te golpeaste el vientre y la cadera
Y te arrancaste hasta el último pelo de la cara
Y te sembraste uñas de plástico y pegamento en la carne
Y coleccionaste ámpulas y heridas en los pies
Por elevarte diez centímetros del piso en estiletes
Si te doblaste con cuchara las pestañas
Y estuviste a punto de morir de frío en el escote
Y a pesar de todo nunca viste el brillo que buscabas en la mirada de nadie
Y no te encontraste feliz
De noche
Totalmente confiada
Sin temblar porque con cada tic tac se esfuma la belleza
Si tu corazón está podrido y horadado porque no hay forma de cortarte los huesos
Y no se puede hacer la disección de tu alma
Por favor
Disimula

viernes, enero 13, 2006

Resistencia

Para Jesús G.

Tengo rabia y fiebre, un volcán sangrado,
un cansancio milenario y pocas rosas;
las membranas deslucidas y una escama
tornasol que no sirve para rotar las inercias de la tierra.
Estoy harta de pelear por tener nombre,
por jugar a sentir y que me mires,
de arriba abajo,
como si toda esta lucha fuera vana.
Como si no importaran más las venas o las voces
que en las madrugadas claman por la vida.

Años vienen y van, desgraciando
las horas prisioneras y el olvido.
Basta una palabra para tirar las frágiles
redes que nivelan los podios.
Tú allá. Yo acá.
No hay manera de salvar esas distancias.
Cada vez que acerco mi boca al escenario,
te retuerces.
No puedes soportar
que haya derecho a ocupar las escaleras.

¿Quién eras, por cierto, antes de las llamas?
Un amanecer silente te tuvo prisionero,
pero antes, antes que nada,
habitaste un cuerpo de mujer
como el océano.
Conociste el calor y las caricias.
Las manzanas.
Y ese mismo abrigo te trajo, con el tiempo,
una danza nocturna que se volvió tu nido.

No podemos renunciar. No me revientes.
Deja que tenga isla y carretera.
Deja que hablen nuestras voces, escucha,
recorta el monopolio del micrófono.

jueves, enero 12, 2006

Dulce Tentación




















"Dulce Tentación"
De: Pedro Marques Pereira
Portugal, Abril 2002.
De la serie "Rojo Sensual".

Tengo unas ganas ciegas de morderme la fruta.

martes, diciembre 20, 2005

Gravitación

Acomodar los sinsabores,
las cuentas pendientes, la ropa en los cajones.
Las rutinas, como dientes cepillados,
tres veces al día,
religiosamente.
Diez minutos de ejercicio en la mañana,
diez en la noche,
la ortopedista jura que lo que sea es bueno.
Veinte minutos de viaje
a mi oficina,
cuarenta más si quiero regresar temprano,
porque a esa hora el tráfico es peludo.
Trabajar ocho horas, al menos,
cada día,
empezar por el principio
y no contarme finales.
Rendir mucho y siempre rápido,
no sea que me confundan
con un modelo antiguo.
Tragarme el jugo en el auto,
peinarme en ascensores,
engrapar los agujeros de la ropa.
Alimentar al pez y a los felinos,
no dejar que las plantas se mueran de frío.
Socializar un poco,
escribirle un mail a los amigos,
prometiendo que algún día
volverán a verme.
Pedir el noveno express intravenoso
para que los párpados
no lloren tan despacio.
Contestar el teléfono
con voz de Dulcinea
para que nadie diga
que lo maltrato mucho.
Comer,
porque si no me muero.
Visitar supermercados,
a las diez de la noche,
y cargar las bolsas de la fruta tres pisos.
Documentar las desviaciones
de la norma de calidad
mientras escupo.
Escuchar a Saint Germain
con el volumen en 23
en una calle colapsada.
Esquivar a un microbusero homicida,
sonreírle con rabia a la inclemente
señorita que cobra el recibo de la luz.
Encontrar una brizna de tiempo
para tomarme un café con alguien
que me tire un piropo.
Menjurjes nocturnos para limpiar la piel
y las heridas.
Internet y las pantallas devorándome diario.
Alucinar con todo
y preguntarme
qué carajos haría
si tuviera un hijo.

jueves, diciembre 01, 2005














yo soy un mar de sangre y fantasía
una anémona roja repleta de rugidos
una pupila inflamada y terca
sin orillas
soy la noche y los oídos de la tierra
soy mujer con rumores de vigilia
soy la piel atragantada de sentencias
una voz una palabra
una semilla